miércoles, 5 de marzo de 2008

Buscando a la Mujer Salvaje

"Hay una vieja que vive en un escondrijo del alma que todos conocen, pero muy pocos han visto(...)
(
...)Se la conoce con distintos nombres: La Huesera, La Trapera, La Loba. La única tarea de la Loba consiste en recoger huesos. Recoge y conserva sobre todo lo que corre peligro de perderse. Su cueva está llena de huesos de todas las criaturas del desierto: venados, serpientes de cascabel, cuervos. Pero su especialidad son los lobos. Se arrastra, trepa y recorre las montañas y los arroyos en busca de huesos de lobo y, cuando ha juntado u esqueleto entero, cuando el último está en sus sitio y tiene ante sus ojos la hermosa escultura blanca de la criatura, se sienta al fuego y piensa que canción va a cantar. Cuando ya lo ha decidido, se sitúa al lado de la criatura, levanta los brazos sobre ella y se pone a cantar. Entonces los huesos de las costillas y los huesos de las patas del lobo se cubren de carne y a la criatura le crece el pelo. La Loba canta un poco más y la criatura cobra vida y su fuerte y peluda cola se curva hacia arriba. La Loba sigue cantando y la criatura lobuna empieza a respirar. La Loba canta con tal intensidad en el suelo del desierto se estremece y, mientras ella canta, el lobo abre los ojos, pega un brinco y escapa corriendo cañón abajo. En algún momento de su carrera, debido a la velocidad o a su chapoteo en el agua del arroyo que está cruzando, a un rayo del sol o a un rayo de luna que le ilumina directamente el costado, el lobo se transforma de repente en una mujer que corre libremente hacia el horizonte, riéndose a carcajadas. Recuerda que , si te adentras en el desierto y está a punto de ponerse el sol y quizás te has extraviado un poquito y te sientes cansada, estás de suerte, pues bien pudiera ser que le cayeras en gracia a La Loba y ella te enseñara una cosa... una cosa del alma." (Extraido de "Mujeres que corren con los lobos".Clarissa Pinkola Estés)
Dentro de cada una de nosotras hay una mujer salvaje, oculta en un lugar del desierto, bajo la arena, busquemos en nuestro interior la fuerza indestructible de la vida, los huesos del alma y con el canto de nuestras verdades y anhelos traigamos de vuelta a la vida a nuestra Mujer Salvaje.
Muchas dirán me asusta encontrar a la mujer salvaje en mi, y yo pensé lo mismo por años, temía descubrir una esencia indomable que cometería locuras y se arriesgaría tontamente, pero cuando encontramos nuestra verdadera esencia salvaje hallamos aquella naturaleza instintiva que nos advierte de los peligros, de las agresiones, la mujer salvaje está en aquella voz interior que desde las entrañas nos avisa que debemos cambiar de rumbo, dejar un lugar, un hábito o abandonar una relación.
Cuando verdaderamente hallen a la mujer salvaje dentro de uds. volverán a oír y a obedecer la voz interior que les dice que es lo correcto para cada una, no lo que la sociedad, las reglas o los demás nos dicen, sino aquello que el corazón te ordena más allá de los temores, de las ansiedades, la culpa o incluso más allá de aquello que a nuestros ojos puede parecer atractivo o amable. La mujer salvaje es la voz que dentro de cada una grita peligro cuando acercamos las manos al fuego encandiladas por su brillo o cuando curiosas y sedientas nos acercamos una copa de veneno a los labios.
Busquen a la mujer salvaje dentro de uds. Oigan su corazón, obedezcan al estremecimiento de su piel, al frío que recorre su espalda cuando algo marcha mal, al sonido del peligro que nos hace mover las orejas, a las señales que vibran en nuestros bigotes... atenta, cauta, intuitiva como una loba, como una gata, como la mujer salvaje.


Alejandra

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