| Preténdeme casta.
Alfonsina Storni
Me gusta este poema, cuantas veces he pensado lo mismo, intento acostumbrarme a esta sociedad de doble standard que nos dio lugar para trabajar, ser fuertes y sostener un hogar, pero no para ser seres sexuales, amar libremente o de vez en cuando volvernos locas y actuar sin pensar. Con seguridad más de alguien me dirá que las mujeres hoy hacen las mismas cosas que los hombres, que son libres, que cometen locuras y que se toman unas copas demás ¿Y qué?? si por alguna razón, que por más que trato de entender no logro descifrar, siento que ellos poseen un derecho exclusivo que transforma esas faltas en curiosas virtudes, signos de poder, valor, individualidad o autonomía, y que incluso cuando sus actos son considerados faltas, el arrepentimiento adquiere valor de redención porque ya sabemos que errar es humano, pero para nosotras no es igual, todos sabemos de sobra el nombre que les dan a las que se atreven y que luego son descartadas por imperfectas, por usadas o por locas, juzgadas y desechadas por quienes cometen los mismos errores, poseen los mismos defectos y toman las mismas malas decisiones. Tal vez ni me interesa demasiado toda esa libertad, pero no veo porque el hecho de ser mujer me deba restringir, muchas de esas cosas quizás ni siquiera deseo hacerlas, pero quiero saber que puedo, sin que me señalen, etiqueten de loca o me traten como si mereciera ser apedreada, quiero que ser femenina, perfecta, pura o angelical sea una decisión que cada mujer pueda tomar libremente sin temor a sanciones sociales y no una opción irrenunciable para evitar recibir cien azotes o ser alienada como si se padeciera una enfermedad contagiosa. Quiero que cada mujer pueda ser quien es porque le gusta serlo, no porque es un deber, ni mucho menos con temor a que sea un pecado.
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